domingo, 27 de septiembre de 2015

EL CAMINO DEL AGUA - LA CREVILLENTINA

A comienzos del siglo XX los recursos hídricos con los que contaba la población de Crevillente eran los procedentes de la Fuente Antigua y los de la Sociedad de San José y María, destinados principalmente al riego de la huerta.
Las aguas de la Fuente Antigua, canalizadas desde su nacimiento a través de un extraordinario acueducto subterráneo (hoy lamentablemente en ruinas), salían a cielo abierto para mover la maquinaria de varios molinos harineros, el riego de las huertas y era distribuida por el pueblo a través de una red de acequias. El canal entraba por la actual Calle dels Molins donde había un abrevadero; continuaba por la Calle Virgen del Carmen, se ramificaba con un canal hacia la Calle Mayor y otro para la Calle Llavador, haciendo extensible sus ramales sucesivamente para el suministro de la población.
Ante la imperiosa necesidad de obtener mas caudales destinados al riego, en el año 1854 se comenzó a excavar la mina de San José y Maria, cuyas aguas, junto con las de la Fuente Antigua, fomentaron e hicieron extensible la superficie agrícola del Municipio.

Creación de la Sociedad Anónima La Crevillentina



Para solucionar la problemática del abastecimiento humano, el 28 de Enero de 1902 se dio lectura en el Ayuntamiento de Crevillente la propuesta de varios vecinos para la distribución de aguas potables a domicilio, y a la instalación de tres fuentes públicas en el lugar que la municipalidad creyese conveniente.

Para la realización del proyecto solicitaban mediante escritura pública entre otras cosas: el permiso exclusivo de explotación durante noventa y nueve años para colocar las cañerías; y a no conceder en dicho período concesión a ninguna otra empresa para el abastecimiento de la población.
La propuesta fue estudiada por la Comisión de Aguas que elaboró su dictamen con algunas matizaciones y fue aprobado en sesión del Ayuntamiento de 24 de Febrero, autorizando al Regidor Síndico D. Antonio Mas Mas como representante para elevar el compromiso a escritura pública.
El 19 de Agosto de 1902 ante Notario D. Ignacio Pastor y Quesada comparecen D. Francisco Gallardo y Gallardo, D. Ramón Mas Espinosa, D. Augusto Mas Quesada, D. Emiliano Martinez Javaloyes, D. Enrique Cremades Martinez y el mencionado D. Antonio Mas Mas para la firma bajo las condiciones siguientes:
- Que la exclusiva será de cincuenta años y de  noventa y nueve la explotación.
- Que la tubería que ha de partir del depósito a la población será de hierro y extendida por toda ésta.
- Que el importe del metro cúbico de agua a domicilio por contador no podrá exceder de dos pesetas, y de quince céntimos el metro cúbico que se gaste para el riego de las calles, siendo gratis la que se necesite para el uso del matadero.

 Archivo Municipal de Crevillente

El primero de Diciembre de ese año ante el mismo fedatario D. Ignacio Pastor comparecen D. Francisco Gallardo y Gallardo, D. Antonio Alfonso Adsuar, D. Jose Aznar Candela, D. Lorenzo Laustalet Sanchez, D. Ramón Mas Espinosa, D. Augusto Mas Quesada, D. Emiliano Martinez Javaloyes, D. Francisco Magro Candela, D. José Perez Mas, D. Manuel Villaloa Galvañ y D. Vicente Espinosa Mas, para la creación de la Sociedad Anónima LA CREVILLENTINA para la explotación de aguas a domicilio.
La Compañía inició su andadura con un capital inicial de 100.000 pesetas repartidas en 2.000 acciones nominativas de 50 pesetas, adjudicándose los miembros comparecientes 560 títulos, quedando las restantes en cartera.
El 19 de Octubre de ese año estaba finalizado el proyecto con una estimación de 707 metros cúbicos y medio al día para el completo abastecimiento de la población.

Para la realización del proyecto La Crevillentina pretendía capturar las aguas de las mencionadas Sociedades de la Fuente Antigua y San José y María desde los mismos acueductos por las que éstas eran conducidas a la población.
Se realizó el análisis hidrotimétrico (dureza de las aguas) de los dos manantiales, junto con un estudio por separado de las aguas frías y calientes de la Acequia Vieja (Fuente Antigua), cuyo resultado queda reflejado en el cuadro siguiente:


A pesar de la escasa calidad, el estudio refleja que las aguas frías del Manantial de la Fuente Antigua era la mas aceptable de todas, pero ante la dificultad de separarlas de las aguas calientes se opto finalmente por la mezcla de ambas como única opción para el abastecimiento de la Ciudad.
El autor del proyecto, el Ingeniero D. Enrique Cremades, justifica esta elección del siguiente modo:
"Esta es la que bebe desde tiempo inmemorial la población de Crevillente y como entre ella no abundan muchas enfermedades del aparato digestivo frecuentes en otras poblaciones, hay que presumir con visos de fundamento que su carbonato de cal en la forma de bicabonato y las sales de magnesio ejercen una acción bienechora en el organismo."

El punto de toma del agua estaba situado en la misma acequia de la Fuente Antigua, unos metros antes del Molino de Morales, (donde aún existe el repartidor), para encauzarse hasta el primer depósito del recorrido, denominado como depósito de recepción, o de "El Prado".

 Punto de toma de las aguas al lado del Molino de Morales

Este primer embalse, compuesto de tres cuerpos, estaba situado a escasos metros aguas abajo del Molino y tenía como misión el enfriamiento de las aguas (26º) y asegurar el suministro del segundo depósito denominado de distribución, situado a 1.667 metros en la entrada de la población.
Desde el punto de recepción el agua era conducida en primer lugar; por una cañería de acero laminado de 25 centímetros de diámetro y 60 metros de longitud formando un sifón, para continuar por un canal excavado en la roca cubierto de 103 metros de longitud, prolongándose éste durante 30 metros más, donde iba revestido con tela metálica y losas de piedra para evitar las deyecciones de los murciélagos.

 Vista del canal antes de verter en el depósito

 Interior del depósito

Este depósito se diseñó para que su capacidad fuese tres veces mayor que el consumo de agua durante 24 horas, y su coste fue de 9.180,91 pesetas. El agua entraba en el primer compartimiento del depósito donde permanecía tres días hasta alcanzar la temperatura ambiente. Por el lado Sur circulaba una cañería fijada al muro y en comunicación con cada uno de los tres compartimientos del depósito por medio de tres mangas, en las cuales entraba el agua a través de tres llaves de paso.
Por último, el estanque, al estar situado en una pequeña cañada sobre dos bancales en pendiente, se tuvo que construir una galería por debajo de la solera del edificio de 42 metros de longitud para recoger y reconducir las aguas pluviales y evitar que entrasen en su interior.

El segundo depósito llamado de distribución fue ubicado exactamente al Norte de la Calle Sierra en medio de una zona con multitud de cuevas habitadas.
El depósito, de forma rectangular y cubierto con bóvedas de ladrillo (existente en la actualidad), estaba dividido en dos compartimientos, de los cuales salían dos cañerías hacia la población que se unían en una sola a dos metros de la salida del embalse.
La cañería que unía los dos depósitos discurría por el Camino de los Molinos en la mayor parte de su recorrido excavada en una zanja, hasta llegar a un punto donde se alcanzaba el nivel del depósito y continuaba a través de una galería en toda su longitud.

En el núcleo urbano el agua se distribuía de la forma siguiente:
1. En fuentes publicas. Se establecieron tres surtidores denominados Fuente de Lloréns, Fuente de Machar y Fuente de La Boquera con una concesión de medio litro por segundo cada una.
2. Distribución a domicilio a caño libre. Este reparto se efectuaba desde un empalme de la tubería general a través de un tubo de plomo hacia el interior de la vivienda y una llave de cierre lento en el lugar que el usuario designase. Eso sí, alejado de pozos, jardines, etc. para evitar el uso descontrolado del agua.
3. Distribución domiciliaria e industrial por contadores.
4. A domicilio por bocas de incendio. Los vecinos que desearan disponer de una boca de incendio sería de su propio coste, abonando a la Sociedad una retribución anual.
5. Bocas de riego. Grupos de vecinos o inquilinos particulares podían contratar el riego de la vía pública y de jardines interiores de poca extensión. La Sociedad se reservaba la instalación de contadores y exigir un precio acorde al uso que se hiciese del agua.

El presupuesto total de las obras (menos el importe de las fuentes), ascendió a 89.206,81 pesetas distribuidas del siguiente modo:



El presupuesto para la construcción de las fuentes ascendió a 2.069,38 pesetas.

En el año 1940 se realizó un proyecto para la variación de la conducción justo a la salida del primer depósito. Las partículas en suspensión acumuladas y adheridas a las paredes de la tubería justo en el lugar donde ésta formaba un sifón, obligó a realizar una variante suprimiendo el referido sifón.

Plano de re-distribución en 1940 
Archivo Municipal de Crevillente

Agrupación de regantes del nuevo brazal de San José y María

El día 11 de Septiembre de 1949 la Sociedad de la Fuente Antigua acuerda por unanimidad otorgar la servidumbre de acueducto a la Hermandad Sindical Local de Labradores y Ganaderos de Crevillente, también denominada Agrupación de Regantes del Nuevo Brazal de San José y María
Esta Asociación cuyos miembros eran: D. Demetrio García Pastor, D. Cayetano Candela Pastor, D. Eleuterio Candela Pastor, D. Vicente Devesa Ortuño, D. Francisco Pomares Sánchez y D. José Pomares Sánchez, habían construido a su costa un brazal cuya finalidad era pasar a los cauces de la Fuente Antigua el agua de la mina de San José y Maria, para asegurar el riego de las fincas existentes debajo de los cauces de la Fuente Antigua.
Dicho acuerdo estaba condicionado: Al paso de las aguas mientras no discurran las de la Fuente Antigua; de duración indefinida hasta la llegada de las aguas del Taibilla y al pago de un canon con arreglo a las horas de agua que de una a otra Sociedad discurriesen, hasta donde principiaban los canales de Riegos de Levante.
El 22 de Diciembre de 1952 tuvo lugar la firma de Constitución de servidumbre de acueducto entre D. Carlos Lledó Alzamora, Representante de la Comunidad de Propietarios de Aguas de la Fuente Antigua y la mencionada Hermandad.

Trasvase de aguas de La Cata a La Crevillentina

Por esas fechas La Crevillentina contaba con un caudal de escasamente 20 litros por segundo, cantidad insuficiente para abastecer a la población y suministrar a las industrias. 
La Sociedad elabora un proyecto de mano del Ingeniero de Caminos D. José Doval Amarelle, a raíz del nuevo trasvase desde San José y María (vulgarmente La Cata), que consistía en llevar las aguas del mencionado cauce hasta la tubería general "que baja del depósito de recepción y enfriamiento al de distribución".

La intención de La Crevillentina era el trasvase total de las aguas, (unos 40 litros por segundo) durante el mayor número de horas posible. Para ello el 9 de Junio de 1954 el Presidente de la Sociedad  D. Joaquín Lledó Mas y los miembros de la Agrupación constructora del brazal de San Jose y Maria acuerdan la adquisición del repetido sifón por parte de la Sociedad La Crevillentina por un precio de 69.379,50 pesetas.

A continuación La Crevillentina realizó un proyecto para construir una balsa que sirviera de depósito regulador de las aguas procedentes del trasvase de "La Cata". La balsa se construyó en un lugar elevado (Finca de las Hermanas Carreres), paraje El Canastell, en el margen izquierdo de La Rambla capaz de albergar 1.300 metros cúbicos de agua.
Del embalse partía una tubería hacia el Camino de Los Molinos, conectando con la tubería general procedente del depósito de enfriamiento, y otra mas corta, destinada a la salida de sedimentos o barros procedentes de "La Cata".


Archivo Municipal de Crevillente

En la fotografía se aprecia, abajo a la izquierda la caseta de la Sociedad Els Clots
Arriba la balsa de Canastell. (google earth)

La Municipalización de las aguas y el cese del servicio

Por esas fechas en que la Sociedad de Aguas aumentaba su infraestructura hidráulica para el servicio, en el pleno del Ayuntamiento de 23 de Enero de 1953 se planteó la cuestión de la municipalización de las aguas solicitando informes a D. Arturo Molla Bay, Ingeniero Industrial de Alicante y a D. Alfonso Prats y García, Aparejador del Municipio de Crevillente.
El propósito del rescate del servicio de abastecimiento de aguas por parte del Ayuntamiento estaba apoyado en un informe de los ediles D. Emilio Soler Gil y D. Reynaldo Tejada Marcos sobre la situación financiera de la Sociedad distribuidora, estimando finalmente la posibilidad de la municipalización del servicio.
El Presidente de la Sociedad D. Joaquín Lledó Mas interpuso recurso de reposición contra los acuerdos del 23 de Enero. Transcurrido el plazo que dicta la ley para la contestación del recurso, La Crevillentina, de manos del Procurador D. Guzman Giménez Fernández, presenta Recurso Contencioso Administrativo contra los mencionados acuerdos.
El 3 de Julio de 1954 se celebró en vista pública el pleito instado por La Crevillentina solicitando se diera sentencia de conformidad con el súplico de su demanda.
El Tribunal falló que los acuerdos recurridos no producían lesión de los derechos admnistrativos de la parte recurrente y que el rescate de la concesión no significaba mas que una aspiración del Ayuntamiento, o una fase inicial de sus aspiraciones, declarándose incompetente para reconocer el recurso.

Estos hechos preveían el principio del fin de la Sociedad. El 15 de Noviembre de ese año el Instituto Provincial de Sanidad realiza un análisis de las aguas de "La Cata" dictaminando que no reúnen las condiciones de potabilidad exigibles, en contradicción con otro examen realizado por La Crevillentina afirmando lo contrario.
Ante la disyuntiva se realizaron varios análisis mas desde la bocamina de la Cata y también desde la salida de las aguas de la Fuente Antigua y del grifo del Ayuntamiento. El resultado del examen fué como sigue:

- Manantial Fuente Antigua. Apta pero no recomendable.
- Manantial La Cata. No apta para el consumo.
- Grifo para el suministro de la población. No apta para el consumo.

En el pleno del Ayuntamiento de 16 de Septiembre de 1955 se acordó comunicar a La Crevillentina la pronta instalación de una estación clorificadora, en aras del buen estado sanitario del vecindario.

En Abril de 1962 el principal accionista de la Sociedad La Crevillentina era el Ayuntamiento. El Presidente D. Emilio Soler Gil solicita la autorización para la venta del depósito (El Prado) y terrenos circundantes al Sindicato de aguas de la Fuente Antigua. El acuerdo se materializó el 6 de Junio de ese año, cuya transaccíón consistía en 37 áreas y 70 centiáreas de terreno con el embalse, por un precio de 75.000 pesetas.
En el documento quedó reflejado el derecho de servidumbre sobre la finca y depósito para su uso en caso de necesidad, para el suministro de agua potable de la población por parte de la Compañía vendedora.
En Diciembre de ese año la Corporación ya había adquirido la totalidad de las acciones de la Compañía de aguas y elaboró un estudio para la disolución de la empresa, haciéndose cargo del activo y pasivo de la misma.
El 21 de Julio de 1963, reunida la Junta de Accionistas de La Crevillentina se acordó por unanimidad la disolución de la Sociedad, facultando al Sr D. Emilio Soler Gil como liquidador e intermediario entre la Compañía y el Ayuntamiento de la villa.

 Acuerdo alcanzado en el Pleno del Ayuntamiento

Anuncio del Diario Información

Disolución de la Compañía

El 18 de Enero de 1964, reunidos de una parte, el Alcalde de la villa D. Antonio Manuel Mas Pérez y de otra, D. Emilio Soler Gil, como Representante de La Crevillentina, ante el Notario D. Manuel Angel Rueda Lamana, se rubricó la Escritura de disolución de Sociedad, Adjudicación y Venta a favor del Ayuntamiento de Crevillente.
En ese momento el Capital social era de 500.000 pesetas dividido en 10.000 acciones de 50 pesetas nominales cada una, de las que el Ayuntamiento era poseedor de 9.986 títulos, y los restante catorce pertenecían a personas desconocidas que no reclamaron derecho alguno por ellos.
El Patrimonio activo ascendía a 1.109.724,85 pesetas, el Patrimonio pasivo sumaba 653.147,60 pesetas y el líquido 456.577.25 pesetas.
Dentro del activo figuraba el sifón de Els Clots previo al embalse de Canastell valorado en 48.165,05 pesetas; las instalaciones compuestas de la red general instalada en la villa en todas las calles; el depósito de distribución situado en la Calle Rueda del Calvario; tubería de conducción desde El Prado y la conducción desde El Canastell por 501.166,56 pesetas.

Depósito de distribución en la actualidad

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Ese fue el fin del suministro de aguas locales al Municipio. La Crevillentina había usado las aguas de las Sociedades de San José y María y las de la histórica Fuente Antigua, pero las excavaciones de Riegos La Salud en Albatera agotaron el acuífero y secaron las minas de Crevillente.
En la actualidad es triste contemplar el estado de los acueductos de las mencionadas Sociedades por el alto grado de deterioro que padecen.

Agua estancada en la galería de drenaje de San José y María

Galería de drenaje de la Fuente Antigua

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Fuentes Consultadas:
- Archivo Municipal de Crevillente.
- Libro de actas del Ayuntamiento de Crevillente.

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