sábado, 21 de diciembre de 2013

FUENTE DE LA TEJA

El paraje donde se encuentra la "Fuente de la Teja" tiene un valor etnológico impresionante. La construcción principal es un gran caserón cuadrangular de tres pisos, con establo, bodega y una pequeña ermita anexa a la casa. Tiene dos pozos de nieve, una gran balsa y otra de tamaño mucho más reducido, seguramente para embalsar el agua sobrante o derretida de uno de estos neveros.
Una senda comunica la casona con una construcción más humilde, con un establo, una balsa, y un pequeño alcavón,  destinada posiblemente al personal del servicio de la finca.
Al fondo de un barranco hay una pequeña balsa y al lado se encuentra la Fuente de la Teja. Actualmente su estado es de abandono, pero que a juzgar por la arquitectura que todavía queda en pie hace pensar que fue un lugar importante y significativo ya que sus constructores se esmeraron para embellecer todo el contorno de la fuente.
Hay que matizar que desde este lugar se transportaba agua en caballerías hasta la ciudad de Alicante a principios del siglo XX.

El agua fue un factor primordial y necesario mas que ningún otro debido a la gran extensión de cultivos, animales y personas que vivieron aquí.
En un terraplén de uno de los bancales abandonados hay una pared de piedra y un arco, en cuyo interior hay, a ambos lados, dos bancos de piedra y otro arco que da entrada a una galería subterránea.
Esta galería es la mina de agua que abastecía a la finca.



DESCRIPCIÓN DE LA GALERIA


Desde la bocamina la galería avanza 15 metros; a esta distancia nace una pequeña galería a la derecha; las paredes están recubiertas de piedra ya que el terreno es arenoso y poco consistente cerca de la superficie. El agua que circulaba en su día iba a parar a la balsa principal de la finca. A escasos metros del embalse se puede acceder al alcavón por una pequeña escalerilla de obra.
A la izquierda nace otra galería idéntica a la anterior, que va aumentando de altura a medida que se avanza, con una longitud de 75 metros hasta una bifurcación, donde existe un acceso a la mina desde un bancal. En este tramo hay dos derrumbes que impiden continuar por ella, debiendo seguir mas adelante.
La galería conduce ahora a la derecha en dirección Noroeste. Las paredes están recubiertas de piedra y el techo con grandes piedras planas en forma de cuña.
A 10 metros la mina vira a la izquierda; Durante los próximos 100 metros la galería vira suavemente a derecha e izquierda habiendo en este recorrido dos lumbreras que comunican con el exterior.
La galería en este trozo y de idéntica manera que el resto del acueducto es sumamente estrecho, sin embargo la altitud permite ir perfectamente erguido, teniendo la mina en algunos tramos una altura de hasta 3 metros.

Este tramo finaliza en una nueva intersección de galerías con una lumbrera justo encima de la bifurcación. Hay un partidor regulador de caudal y los techos construidos con lajas dispuestas en forma de cuña.

Intersección de galerías

Desde aquí hay una galería que avanza al otro lado en el sentido de la marcha (1), y a la derecha continúa otra en dirección Noroeste (2).

1. La galería que continúa recto tiene una longitud total de 76 metros; Al inicio de este tramo hay dos oquedades a ambos lados derruidas; a 8 metros antes de finalizar hay una lumbrera.



2. Desde la bifurcación parte otra galería hacia Noroeste; Es prácticamente recta y serpentea en algunos tramos ligeramente; de techos altos, en algunos trozos son visibles las oquedades donde los mineros ubicaban los candiles para iluminarse. En gran parte de este recorrido hay que andar de lado debido a la estrechez de la mina, evitando rozar las paredes. En algunos tramos las paredes y el techo están recubiertos de piedra para asegurar la robustez de la galería. Esta tiene una longitud de 322.5 metros y tiene 6 lumbreras en su recorrido. En los últimos 80 metros hay pequeños derrumbes de las paredes que obligan a avanzar con cuidado procurando no rozarlas.




La mina con una longitud total de 708 metros, está completamente seca y en buen estado salvando algunos tramos de la última galería explorada. Permanecen visibles las huellas de las picoletas de los mineros para excavar la roca y los orificios a lo largo de las lumbreras o respiraderos, que facilitaban la extracción de los escombros y la entrada y salida de los trabajadores.

señales de las picoletas de los mineros
altura de la mina en este tramo
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En otro punto del paraje, al lado de la segunda vivienda de modestas proporciones mencionada al principio, hay un alcavón con la entrada formando un arco. Se trata de una pequeña galería descendente; al final hay hay un túnel a la izquierda que finaliza a los pocos metros y a la derecha se observa la construcción de una acequia subterránea, que en mi opinión, era para conducir las aguas de la mina hasta este lugar y que vertiesen en la balsa.

acequia subterránea dentro del alcavón
Vista desde el interior de la balsa de
la entrada del alcavon y de la acequia para
desalojar el agua

Justo al lado de esta construcción está situada en la ladera de un barranco la Fuente de la Teja. Está ornamentada también con arcos y completamente abandonada y arruinada.
Aquí se cargaba el agua y trasladada a otros lugares por aguadores, por ejemplo a la ciudad de Alicante.

anuncio del diario "Heraldo de Alicante" de 16-06-1910

Dentro del conjunto, lleno de maleza y escombros, está lo que en otro tiempo fue un surtidor; encima se puede observar un pequeño canal por donde circulaba el agua. A escasos metros en las dos direcciones la acequia está tapada.


Fuente de la Teja

Desde la balsa sale un canal subterráneo que vuelve a ver la luz a escasos metros en un bancal para riego y otro conducto para dirigir el agua sobrante al barranco.
En otro punto de la finca hay otra acequia subterránea que dirigía el agua para riego de unos bancales.

Por lo visto el caudal de aguas que manó de la mina fue importante a juzgar el por el entramado de obras hidráulicas que existe en el terreno destinadas al riego y al abastecimiento humano.
Como sucede casi siempre, estas obras realizadas en el pasado para dotar de aguas, tan necesarias en la vida del campo y tan escasas, se encuentran abandonadas y olvidadas.




miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA MINA DE LA ALCORAYA

Guillermo Bowles fue un prestigioso fisico y naturalista irlandés que en el año 1752 viene a España con la misión especial de reconocer la mina de cinabrio de Almadén.
Mencionada por Teofrasto y Vitrubio, Bowles dice: "es la mas antigua que se conoce en el mundo... Los romanos creyeron que el mercurio era venenoso, pero no obstante sus matronas se afeytaban los rostros con el cinabrio, y sus pintores se servían de él".

El cinabrio o sulfuro de mercurio extraído en las grandes minas de Huancavelica (Perú) era utilizado por los guerreros para el teñido de sus rostros y para el pintado de cerámicas, y machacado con morteros de piedra y disuelto en agua era usado como cosmético para las mujeres.
En algunos tratados antiguos se ofrece el cinabrio como remedio contra la sarna, la tiña y otras afecciones de la piel. Así como interesante, es el aspecto tras el descubrimiento de la momia de la Dama de Cao perteneciente al pueblo Mochica. La Dama de Cao fue la primera mujer gobernante en el Perú. Murió joven, y todo su cuerpo fue ungido con agua de mar y cinabrio.
Aunque su uso mas antiguo era para la elaboración de pinturas rupestres.


A principios del siglo XVIII un labrador de la partida alicantina de La Alcoraya observó una tierra roja desprendida cuando arrancaba un pino. Tras asegurarse de que se trataba de bermellón o cinabrio varios vecinos de los alrededores iniciaron excavaciones furtivas en busca del mineral.
Un capitán agregado a la plaza de Alicante, observando un cargamento en el puerto de Marsella, visitó en 1736 el yacimiento para recoger muestras entregándoselas al boticario Antonio Mates para que extrajera mercurio.
Enterado el Rey, ordenó la inspección del  filón por una comisión encabezada por D. José Cornejo, superintendente general de azogues de Almadén, el 28 de Abril de 1738.
Tras la comprobación de que efectivamente se trataba de cinabrio, se ordeno la paralización de los trabajos y el cierre de la mina, hasta que en 1752 el Gobierno envió a D. Guillermo Bowles, acompañado por D. José Solano y D. Salvador de Medina para evaluar la rentabilidad del yacimiento.
En Enero de 1753 el Sr Medina se haría cargo de los trabajos de la mina en ausencia del Sr Bowles, trasladando su residencia a una casa justo al lado de la excavación, construyendo a la vez varias casetas para los trabajadores y dos almacenes para guardar el material.
El Sr Bowles resume la formación del mineral en Alicante de la siguiente forma:

"Esto es, que el vapor mercurial se encontró
por casualidad con el vapor sulfúreo, y pe-
netrando juntos la piedra, formaron el cinabrio"

A los 100 trabajadores asignados para las tareas de extracción, el Sr Medina solicitó 200 operarios más para agilizar los trabajos, ya que la extracción del cinabrio era escasa y no cumplían las expectativas esperadas. La petición fué aprobada y el número total de obreros fué de 300
Durante el año 1754 el mineral apareció en pequeñas cantidades que no justificaban la inversión que se estaba realizando. El Sr Medina realizó un informe sobre el estado de la mina. A raiz de este informe el Rey ordenó la paralización de los trabajos hasta el regreso del Sr Bowles, que vendría acompañado de un ingeniero alemán.
Personados ambos en la mina se ordenó el cierre definitivo de la misma, con la devolución de las herramientas y maderas utilizadas al convento de religiosas Capuchinas y al Hospital de Alicante.

D. Guillermo Bowles habla de la Mina de La Alcoraya en los siguientes términos:

"A dos leguas de la Ciudad de Alicante hay una
montana llamada Alcoray, compuesta de piedras calizas
y escarpada, excepto por la parte que se alarga
un poco acia el valle. Cavando en este último
sitio se descubrió una beta de azogue mineraliza--
do con el azufre y un poco de tierra caliza baxo
forma y color de cinabrio; pero como vi que esta
beta se desaparecía á cien pies de profundidad, hice
suspender la excavación.
En una hendedura de la peña se hallaron trece
onzas de arena pesada , de hermoso color roxo. Hice
el ensaye de una onza, y hallé que contenía á razón
de mas de once onzas de azogue por libra. La
dureza y figura angular ó esquinada de esta arena se
parece en todo á lá arena marina.. Machacándola se
avivaba el color, manifestando que cada grano estaba
penetrado del vapor mercurial y del de azufre,
al modo que el hierro penetra la arena hermosa de
Cabo-de-gata, que sirve para polvos de cartas."

La explotación del yacimiento acarreó consecuencias para el resto de los vecinos y habitantes de las comarcas colindantes. El Sr Bowles, una vez reconocida la mina, inspeccionó los terrenos aledaños para hacer acopio de leña necesaria para alimentar los hornos que habían de construirse. Las especies vegetales elegidas fueron torvisco, aliaga, enebro, romero y pino carrasco, y los municipios afectados fueron Elche, Novelda, Petrer, Castalla, Tibi, Jijona, Monforte del Cid y Agost, dictando una ordenanza prohibiendo a los habitantes de estas poblaciones cortar alguna de las plantas seleccionadas.




Así por ejemplo en la Partida de Verdegás "En esta partida y tierras de Jaime Gomis dicen los expertos haverse encontrado dos pinos viejos=en las de Francisco Gomis, seis pinos viejos=en las de la viuda de Adrian Anton, una carrasca crecida=en las de Francisco Riera, dos Pinos crecidos, y tres nuebos"

Partida de La Alcoraya. "En esa Partida, ademas de las muchas matas que ay de Argilaga, Romero, Matapoll, Atochas, y otras, ay en las tierras de Mariano ¿? Diez Pinos viejos, quatrocientos sesenta y cinco crecidos, tres mil setecientos cinquenta y cinco nuebos, en la de Juan Bolini seis Pinos crecidos y veinte y siete nuebos.."

Partida de La Vallonga. "... En la de la Heredad de D. Ignacio Borguño, y en las vertientes que bajan del monte llamado la sierra de Sancho, ¿? Pinos viejos, trescientos cinquenta y tres crecidos, tres mil setecientos cinquenta nuebos.."

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En el siglo XIX aparecen en el Boletin Oficial de la Provincia demarcaciones de minas de mineral de cinabrio en favor de D. Francisco Navarro y Asín
Así en el año 1841 aparece la mina Fluido, en la Cañada, término de San Vicente del Raspeig, y las minas Llorosa y Esmeralda en los años 1846 y 1847 en La Alcoraya.






En 1877 aparece la demarcación de la Mina Pepita de la que todavía quedan restos. Tras la consulta de la documentación sobre esta excavación y del pequeño plano que se hizo en su día y ya sobre el terreno, se pueden observar los pozos y la galería principal.



Salvo por los escombros esparcidos por la ladera de la sierra, nada indica de la actividad minera en el pasado.
Ascendiendo por la vertiente de la montaña se distingue la roza o trinchera excavada en la roca reflejada también en el plano del siglo XIX. A la derecha se encuentra la bocamina de una galería subterránea que avanza con pendiente descendente hasta su finalización en un charco de agua.
Un poco mas al Norte hay un agujero tapado por un matorral de romero. Esta pequeña galería va a parar a un pozo que comunica con la superficie al norte de la roza. Desde esta posición se ve otra galería al otro lado dando la impresión de que no tiene continuidad y acaba a escasos metros.




Al Suroeste de la roza existe otro pozo sin presencia de ninguna galería, y al Norte, a un nivel superior, esta situado un tercer pozo lleno de tierra. En la vertiente Sur de la sierra hay tres pozos mas a distintos niveles haciendo un total de seis.
Según la documentación consultada trabajaron con seguridad un mínimo de 300 personas, por lo que la longitud de las galerías debe ser mucho mayor igual que los pozos.
Es posible que tras el cese de los trabajos se taponaran los túneles y los pozos se rellenaran de tierra hasta un determinado nivel.
En el informe Salvador de Medina plasma la importancia de seguir la veta a la profundidad que sea.

"..Aunque se sigan algunas incomodidades a los obreros, importa poco, por que lo que se trata aquí es seguir el filón tan bajo, que se pueda, sin grandes gastos porque los mineros alemanes podrán variar toda otra obra y hacerse el gasto inútil."

El cronista Viravens también menciona la mina de azogue de La Alcoraya en la Sierra "La Corneja":

"Nosotros hemos tenido ocasión de ver los grandes trabajos que en ese monte se practicaron: las galerías abiertas, como las galerías que las iluminan cortadas desde lo alto del peñón, son obras gigantescas y de crecido coste, viéndose aún en las inmediaciones  de "La Corneja", restos de las chozas y barracas que habitaron los 200 braceros que se empleaban en las maniobras de esta mina, cuyos trabajos fueron suspendidos algunos años después porque los resultados no correspondieron a las esperanzas concebidas".


Fuentes Consultadas:

- Boletin Oficial de la Provincia. años 1841 - 1846 - 1847
- Introducción a la historia natural y a la geografía física de España. Guillermo Bowles
- La minería y la mineralogía del reino de Valencia a finales del periodo ilustrado. Juan Miguel Casanova Honrubia.
- Autos para el cumplimiento de las órdenes y providencias de 24 de Febrero y 8 de Junio de 1753 para     asegurar las leñas necesarias para beneficio de la mina de Alcoraya que se esta trabajando. A.M.A
- Crónica de la muy ilustre y siempre fiel ciudad de Alicante. Rafael Viravens

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