jueves, 3 de agosto de 2017

EL ACUEDUCTO DE LAS BALSAS DE GARCIA


FINCA LAS BALSAS

Las Balsas de García era una extensa finca de 102 hectáreas, 68 áreas y 69 centiáreas de superficie situada en el actual barrio de La Florida o Llano del Espartal.
El topónimo se debe a la existencia de una gran balsa rectangular que almacenaba aguas pluviales procedentes de las colinas que circundan el Barranco de las Ovejas.
Un documento notarial describe la finca:
"..hacienda denominada Balsas de García sita en término municipal de esta ciudad, partida rural conocida por Llano del Espartal compuesta de casa habitación, dos balsas, dos huertos de frutales y flores cercadas de pared y ochocientas cincuenta y cuatro tahúllas y tres octavas... de tierra secana, parte campa y parte plantada de árboles de diferentes clases y viña...".
La finca en cuestión abarcaría el espacio existente entre el camino viejo de Elche y el cementerio de Nuestra Señora del Remedio aproximadamente.
Sus límites a comienzos del siglo XX según el mencionado documento era "lindante por Norte con las de Joaquin de Llano antes de Roca y de Don José Ferrer; por Oeste con las de Don Francisco Monllor, Don Joaquin Guardiola y Don Máximo Caturla, por Sur con las del mismo señor Caturla y camino viejo de Elche, y por Este con las de Dña Enriqueta de Elizaicin, las de Don Manuel Esplá, tierras de Doña Victorina Amérigo, de Don José Poncia y camino de la Alcoraya".

La casa o construcción principal denominada Casa de las Balsas estaba en el solar existente frente al centro comercial de Puerta de Alicante en la calle Rio Muni, y las balsas cruzarían hoy en día la Calle Sagitario, justo en los terrenos que ocupa la empresa de telas metálicas Jiménez Toledo.
Algunos de sus propietarios fueron: Vicente Palacio, Carlos Sánchez Palacio, Máximo Caturla, Jose María Esquerdo y Zaragoza, Juan Esquerdo Sáez  y José Guardiola Ortiz.
A lo largo de su historia se instaló una vaquería en sus terrenos y se proyecto un campo de tiro.
Mas tarde la finca fue segregada. En el año 1962 una parte fue adquirida por la empresa "Exportadores de tomate de Alicante. S.A" (ETASA); una parcela fue donada gratuitamente por el Sr Esquerdo Sáez para la construcción del camino de acceso al cementerio y para las casas de los sepultureros; y un trozo de terreno vendido por éste último a la empresa Tranvías y Electricidad S.A (T.E.S.A), por citar algunos ejemplos.

Según el Cronista Viravens la propiedad también perteneció a Manuel Palacios con la siguiente descripción "Esta última heredad tiene un huerto que fertilizan las aguas pluviales que se recogen en dos extensas balsas construidas con mucho arte y expensas; y tan exquisitos son los frutos, y tan abundantes y variadas las flores que allí se cojen, que frecuentemente se ve visitado por los vecinos de esta Ciudad que vamos allí a disfrutar de la amenidad que ofrece el sitio".

En la siguiente fotografía se puede ver en la parte superior la balsa dividida en dos compartimientos y la carretera de Ocaña. Abajo a la derecha la Casa de las Balsas con el camino de acceso.

Instituto cartográfico valenciano (vuelo Ruiz de Alda)

En el año 1860 el Ingeniero francés Maurice Aymard fue enviado al sur de España por el Duque de Malakoff, el Mariscal Aimable Pélissier, para recoger información sobre los regadíos de esta parte del país.
Sus estudios quedaron plasmados en la obra "Irrigation du midi de L´Espagne".
En el capítulo noveno hace una pequeña introducción sobre la aridez del clima de Alicante, centrándose después en las norias y las balsas destinadas a recoger las aguas de los manantiales o de lluvia.
"Las norias de Alicante son extraordinarias por el cuidado y la inteligencia con la que las obras han sido dirigidas, para hacer llegar al fondo del pozo la mas grande cantidad de agua. En la mayoría de los casos, el pozo que baja verticalmente hasta encontrase con la capa acuífera, se ramifica después, siguiendo una o varias galerías horizontales que van a captar las aguas en una gran cantidad de direcciones".
Sobre las balsas se detiene únicamente en dos: la Balsa de los Frailes, desaparecida en actualidad, situada en el camino de Bacarot,  y la Balsa de García, señalando esta última como de "dimensiones colosales".

De las dos el experto realiza una detallada explicación de su funcionamiento. Por su parte Gumersindo Vicuña incluye estas descripciones en su obra "Tratado completo de agricultura moderna".
"La balsa de García, a 2 kilómetros de la población, no tiene ningún manantial y recoge tan sólo el agua de lluvia. Como la primera, es propiedad particular, fue construida a fines del siglo pasado.
Tiene 124 metros de largo, 40 de ancho y 4 de profundidad; su volumen es 19.840 metros cúbicos. Está dividida en dos partes, una de 43 metros de largo y otra de 81, para almacenar el agua en la menor cuando hay poca, y disminuir las pérdidas por evaporación; por esto se empuja llenando aquella con las primeras lluvias, y si persisten se quitan los tablones que cierran el portillo que comunica con la segunda parte. Cada una de estas tiene un tapón en el fondo para dar salida al líquido. Este tapón está sujeto con una cadena fija por el otro extremo a la cresta de la pared lateral. Un soporte de hierro tapa este extremo y se levanta el tapón con una palanca que se apoya sobre el soporte y uno de cuyos brazos pasa por un anillo de la cadena. Para cerrar basta soltar el tapón, la corriente lo lleva al agujero y lo tapa. Hay además una compuerta para medir la cantidad de agua que se saca en cada riego. Para ello existe una cámara fuera de la balsa y sobre la acequia de salida; dicha acequia es de fábrica en su origen, y está cerrada con la compuerta vertical de fundición movida por una rosca gruesa.
Lo mas notable de la balsa de García es la alimentación. Está situada en un terreno muy inclinado al pie de un cerrillo. Dos caballetes de tierra, de 1 metro próximamente de altura, van divergiendo a partir de la balsa y abrazan un espacio triangular de 2 a 3 kilómetros de altura por una base casi igual a lo largo del pie del cerrillo. Esta disposición hace verter las aguas en la balsa. Además uno de los caballetes lleva al lado un canal de unos 2 metros de ancho, que atraviesa el barranco de las Ovejas sobre un puente acueducto y se desarrolla sobre la vertiente derecha de dicho barranco para verter también sus aguas en la balsa".

En la actualidad existen restos de la conducción que transportaba las aguas hasta las Balsas de García. Consiste en un canal excavado en la vertiente Norte de las colinas que forman la Sierra de Las Atalayas al Oeste del Barranco de las Ovejas. A continuación cruzaba la rambla mediante un acueducto y avanzaba subterráneamente en una mina (actual Calle de la Mina), para salir a cielo abierto hasta el embalse.
Según la documentación consultada este canal dirigía las aguas recogidas en la Hacienda de Colomina hasta las Balsas de García.

Instituto cartográfico valenciano (vuelo Ruiz de Alda)

Existen otras referencias sobre el aprovechamiento de aguas turbias del Barranco de las Ovejas.
En la obra "Los establecimientos de aguas en el realengo alicantino" de A. Alberola Romá se menciona la solicitud por parte de destacados miembros  de la sociedad alicantina de finales del siglo XVIII, el aprovechamiento de las aguas de avenida y las sobrantes de cinco fuentes en el Barranco de las Ovejas que solamente eran aprovechadas por Julián Colomina, perdiéndose las restantes en el mar.
En el Archivo Municipal de Alicante existen varios legajos  sobre este particular.
En el año 1815 Jose Caturla solicita "se le permita formar una presa en el Barranco nombrado de las Ovejas para recoger e introducir en una Hacienda suya propia las aguas pluviales y manantiales que después de regar todos los interesados en ellas fluyen por el mismo barranco y se pierden en el mar...".
En el año 1846 Vicente Palacio eleva una petición para "conducir los sobrantes de las aguas pluviales de la Hacienda de D. Tomás Colomina a la suya de las Balsas de García, por medio de un acueducto sobre el Barranco de las Ovejas".
El informe de la Comisión designada para tratar sobre el asunto lo vio factible y aprobó su realización ya que "El caudal de aguas que conduce comúnmente dos o tres veces al año el barranco de las obejas, si fuese aprovechado es una riqueza inmensa, y no es para fertilizar solamente las tierras de D. Vicente Palacio, por extensa que fuere la Hacienda que esta, ni de otro particular cualquiera, sino bastantes para fertilizar todas las que contenga un gran término".

En este proyecto se pretendía construir un azud o rafa para desviar las aguas que hasta ese momento se perdían en el mar y conducirlas hacia el Llano del Espartal para "fecundar todas las cercanías de Alicante, hoy las mas áridas y pobres del mundo, modificarían el aire, la población de árboles y plantas de toda especie y disminuirían con su influjo benéfico gran parte de la sequedad ya proverbial, desde que quedaron desnudos sus campos y montes".

En el pasado varias eran las conducciones aéreas que cruzaban el Barranco de las Ovejas, como el acueducto que llevaba las aguas de la Alcoraya hasta Alicante, el canal de riegos de levante o el acueducto de las Balsas de García que nos ocupa.
También existió la acequia del Toll propiedad del Síndico de agricultores de Bacarot y que dotaba también al cementerio, y un acueducto que aún permanece en pie milagrosamente al lado de las vías del ferrocarril.


Barranco de las Ovejas


LAS BALSAS DE GARCÍA SEGÚN LOS PROTOCOLOS NOTARIALES

El 23 de Enero de 1907 las hijas y herederas de Carlos Sánchez Palacio: Dña Maria de los Desamparados y Dña Maria del Carmen Sánchez y Vivas, venden al eminente Doctor D. Jose María Esquerdo la finca de las Balsas de García. Ambas señoras representadas por el marido de la primera, D. Fernando Ramirez de Dampierre y Lopez.
En la escritura de venta viene reflejado el sistema de recogida y distribución hasta las balsas.

El sistema comenzaba en el centro del Barranco de Colomina, también llamado de las Ovejas, en la hacienda que perteneció a Tomas Colomina y que mas tarde adquirió el Marqués de Benalúa.
Desde esa posición "deriva un margen de tierra compacta junto a una boquera de dicha hacienda, el cual margen, se dirige en forma de curva de Poniente a Sur y Este, en extensión de doscientos diez metros a enlazar con un muro de mampostería, al linde de tierras de la citada hacienda de Colomina, sosteniendo ese muro que tiene trescientos setenta metros de longitud, una llanura o plataforma por la cual se recogen y discurren las aguas que se recogen a la parte Sudoeste o Oeste del citado margen...".
Este tramo de terreno descrito discurre paralelo a un pequeño torrente de aguas estancadas que desagua en el Barranco de las Ovejas desde el polígono industrial del Pla de la Vallonga.
Por su vertiente derecha hay un talud o muro enterrado por colinas artificiales de escombros y basuras, que enlaza a la misma cota de nivel con una acequia excavada en la roca.
A partir de aquí y siguiendo la descripción plasmada en el documento, desde el margen de tierra las aguas discurren "hasta entrar en una acequia abierta sobre el límite del monte de las Atalayas, perteneciente a Don Juan de Dios Lledó a la parte del Norte, y en la peña misma, teniendo de extensión dicha acequia doscientos cuarenta metros, en cuyo costado o quijero que cae al barranco existen algunos trestelladores, rajas o aberturas para el desagüe en las grandes avenidas".


acequia en la vertiente norte del Monte Atalayas

Siguiendo el itinerario se observa una zanja medio derruida sin ningún enlucido o paramento, que continúa hacia el Este con una longitud aproximada de los 240 metros mencionados.
La acequia está segmentada en dos por la circunvalación de Alicante. A medida que se avanza va tomando forma convirtiéndose en una zanja excavada en la roca de grandes proporciones.
En uno de los tramos las dimensiones del cajero del canal alcanza una altura de 4 metros y 1,50 metros de anchura. (ver fotografías anteriores).
Sobre el terreno no quedan restos de los trestelladores para el desagüe mencionado en el documento, salvo el principal y que existe en la actualidad "situado casi al extremo de dicha hacienda por la parte de levante situado a sesenta y ocho centímetros de altura del piso o fondo de la acequia y de quince centímetros de distancia de una piedra existente en aquel punto con un agujero cuadrado llamado paleta por donde se reciben las aguas en cantidad proporcionada combinada con los derrames de los trestelladores; continuando desde el expresado punto de la paleta su curso por un conducto abierto sobre el barranco de las ovejas hasta la boca de la mina...".
En este punto se halla todavía el partidor de aguas reflejado en el documento notarial y que permitía que las aguas pasaran por medio de un acueducto (hoy inexistente) hasta la ladera opuesta de la Rambla de las Ovejas.
En la parte superior de este partidor hay dos ranuras para establecer dos compuertas de 60 centímetros de anchura.
Por la derecha hay un canal labrado en la roca de 1,35 metros de anchura que avanza bordeando la loma por su lado Norte, hasta llegar actualmente unos metros por encima de la casa "La Lucrecia", cuyo propietario en el pasado era Juan de Dios Lledó junto con el Monte de Las Atalayas.
Esta acequia tiene un aliviadero para que los caudales sobrantes continúen por otra acequia que avanza paralela a ella, y el agua continúe hasta el canal de las Balsas de Garcia, por debajo del trestellador principal hasta el acueducto.

 Trestellador aguas arriba

Trestellador aguas abajo

Actualmente el acueducto ya no existe, tan solo los apoyos a ambos lados de la rambla. El que está situado en la vertiente izquierda esta cubierto por una colina de escombros.
A escasos metros comenzaba la mina "que continúa llevando las aguas subterráneamente en una extensión de setenta y cinco metros en que concluyendo la mina salen aquellas otra vez a la cara de la tierra marchando por el conducto abierto hasta las balsas en un trayecto de setecientos setenta y cinco metros, teniendo la expresada mina tres metros de alto y un metro cincuenta centímetros de ancho; de manera que las rajas, acueducto y mina, desde su origen en el centro del barranco de Colomina llamado también de las Ovejas hasta las dos balsas de la hacienda tienen un trayecto de dos mil seiscientos setenta metros".

 lugar donde estaba el acueducto

apoyo del acueducto en el margen derecho

Las aguas una vez en lado izquierdo de la rambla avanzaban a cielo abierto durante unos breves metros y continuaban por la mina haciendo un recorrido no menor de 800 metros, volviendo de nuevo a reaparecer en superficie, continuando durante 775 metros mas.
(En la escritura notarial debe de haber un error de transcripción ya que señala que la longitud de la mina es de 75 metros).

Estas aguas, una vez almacenadas, abastecían además de la finca de las Balsas de Garcia, a la hacienda de Luisa Enriqueta de Elizaicin y Gonzalo denominada "La Florida" y a la de D. Joaquin Beneyto y Pérez, situada también en el Llano del Espartal.


Imágenes del vuelo americano y actual de la canalización 
(click para ampliar)


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SOBRE EL TERRENO

El llano donde se recogían las aguas para ser canalizadas por el acueducto de las Balsas de García debió estar en los terrenos que ocupa el polígono industrial del Pla de la Vallonga, procedentes de aguas pluviales o de escorrentía de los derrames de la Sierra de Fontcalent, Serreta Negra y vertiente Norte del Monte Atalayas.
En este lugar estaba también la heredad de "Caturla", denominada también "Lo Gasent".
El canal que conducía las aguas hacia las balsas tenía una longitud de 2.670 metros. Sobre el terreno solo permanecen identificables la zanja en las Atalayas y los dos pilares del acueducto a ambos lados del Barranco de las Ovejas.
Como se ha comentado con anterioridad la conducción continuaba enterrada en un minado por debajo de unas chabolas y naves industriales sin que exista ningún vestigio de su existencia.
Sobre la fecha del derrumbe o derribo del acueducto no he podido sacar conclusiones satisfactorias.

En la actualidad el estado del barranco y sus vertientes deja mucho que desear: Aún hay restos de obra del trazado del AVE en el cauce de la rambla; vertidos ilegales en la zona del Toll y la cabecera; y la desafortunada y deplorable construcción de la pista de motocross al Norte del cementerio.
En la rambla hay algunas charcas de agua estancada con carrizo procedente de la fuentes que aún manan y se pierden.
Aún se pueden observar restos de una tubería desperdigada por el campo que canalizaba el agua de una fuente situada debajo de la autovia, a escasos metros aguas arriba del canal de riegos de levante, hasta una balsa situada a espaldas del cementerio y que aún existe.


Fuentes Consultadas:

- Archivo Histórico Provincial de Alicante
- Archivo Municipal de Alicante
- Crónica de la muy ilustre y siempre fiel ciudad de Alicante. Rafael Viravens
- Los establecimientos de agua en el realengo alicantino. Armando Alberola Romá
- Irrigation du midi de L´Espagne. Maurice Aymard.
- Tratado completo de agricultura moderna. Gumersindo Vicuña.
- Instituto cartográfico valenciano
- Sr. Miguel. Pastor en el Barranco de las Ovejas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

En los años 50 un propietario de una área situada al sur de la línea del tranvía que conectaba La Florida con el Cementerio fue D. FRANCISCO FIGRERAS PACHECO cronista de Alicante.

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